¡Abre los ojos, cambia, evoluciona!
Porque el cambio trae consigo consecuencias. Y si estás dispuesto a asumirlas, valdrán la pena.
Cambia, porque aunque no todos los cambios son buenos, siempre es bueno cambiar.
Cambiar de ambiente y perspectivas, de emociones y sentimientos, de amigos y de amores...
Llegan más personas, más momentos, más experiencias. Y abres los ojos. Y te das cuenta de que no estás sola. De que tu mundo no gira ni puede girar alrededor de nadie más que de ti. Y sigues adelante.
Abres los ojos y empiezas a mirar las estrellas, a descrubir más mundos y explorar nuevas galaxias
¡Abre los ojos!
Comete errores. Cae en tentaciones, peca y confiesa. Alcanza nuevos cielos y cae a otros infiernos.
Permitete derrumbarte, llorar hasta quedarte sin lagrimas, gritar hasta desgarrar tu voz, caer de rodillas y no querer seguir adelante. Pero no te rindas. Levantate, abre los ojos y cambia.
Abres los ojos y ese es el comienzo de todo. La libertad al fin concedida. El principio del fin.
Abres los ojos y despiertas.