miércoles, 13 de agosto de 2025

Les quiero mucho, pendejes

Hace tiempo descubrí que, aunque disfruto estar solo y aprecio mi espacio, también valoro profundamente construir amistades sólidas. Mis amigos son pocos, pero importantes. Curiosamente, con las mujeres suelo tener una conexión especial: me confían sus cosas, a veces incluso más que los hombres. Sin embargo, ellos también me consideran alguien de confianza, y eso me alegra, porque para mí mis amigos son como una familia.
A los pocos —y pocas— que están, les tengo un cariño enorme. Esta semana escribí a varias amigas para decirles que las quería. Algunas se sorprendieron, otras lo recibieron con naturalidad. A los hombres no les dije nada; al final, seguimos siendo hombres y nos comunicamos distinto.

Lamento haberme alejado de algunos. Eso no volverá a pasar. No pienso permitirlo. Les quiero mucho, pendejes.

Reflexiones de madrugada

Aunque pueda parecer que tengo mucha experiencia en relaciones de pareja, la verdad es que no. Oficialmente solo he tenido tres novias, y, en realidad, aún no sé del todo cómo funciona este asunto. Con cada una de mis parejas anteriores he aprendido sobre la marcha, descubriendo en el camino cómo se supone que deben hacerse las cosas. Quizá por eso, en este momento, siento que hay aspectos que no están funcionando tan bien. Soy consciente de que hay situaciones que no sé manejar, y que tal vez deba aprenderlas… o tal vez debamos aprenderlas juntos.

Te lo digo porque quiero que lo sepas. Últimamente he estado muy pensativo sobre cómo han ocurrido las cosas, especialmente en ciertos días. Por mis experiencias pasadas, no quiero que se repitan errores ni dinámicas que me han lastimado. Lo que más me afecta es que se me atribuyan pensamientos o palabras que nunca he dicho; no sé cómo manejar esa sensación, porque para mí es algo nuevo.


Lo único que tengo completamente claro ahora es que me encanta estar a tu lado, que disfruto mucho de tu presencia y que deseo que trabajemos para que lo nuestro funcione bien. No me interesa correr ni adelantar pasos; lo que quiero es que construyamos algo sólido, sin prisas, y que evitemos que surjan barreras que nos alejen.