Dentro de tantas conversaciones en este año me has contado lo mucho que soñabas en estudiar y graduarte de la Universidad Nacional de Colombia. Lo intentaste varias veces hasta que al fin se dió la oportunidad. Déjame decirte que ese es solo el principio. Entrar es difícil pero mantenerse y egresar con un título es, quizá, díez veces peor.
La universidad está diseñada de tal forma que te prepare en todo sentido para la vida posterior al título. En ella nos damos duro, sufrimos, amamos, lloramos, reímos, nos frustramos, nos motivamos, entre muchas cosas. La Universidad nos prepara para todo lo que viene después. La Nacho es buena en ello.
Asi que amor, el hecho que las cosas a veces no salgan como uno quiere, que el camino no sea color de rosa, que haya tropiezos, son preparaciones para lo que te espera después. Aprender a manejar ello es lo que te hará triunfar afuera, independiente del camino que tomes. Tu puedes con lo que te propongas y hasta más.
Se que tu, amor mío, ahora mismo no tienes motivación para la universidad. Sin embargo, yo si estoy muy motivado por asistir a esa ceremonia de grado. Pase lo que pase en un futuro. Quiero estar ahí para decir: Natalia, lo logró y me enorgullece. O mejor aún: Amor, lo lograste y me siento orgullo de ello.
Esto mismo sería lo que le diria a mi chica si la tuviera en frente en este momento. Cómo no está, he decido hacerle esta carta.
Con todo el amor y apoyándote siempre
José tuyo (enfasis en el tuyo)