Cada que pienso en esta fecha me da pereza, se me viene a la cabeza las interminables jornadas de aseo general que mi mamá me obligaba hacer desde niño para estas fechas pues en mi casa como en muchos hogares colombianos suele dejarse todo para ultima hora; mi mamá solía decir hasta hace un par de años "No, el niño dios nos va coger con todo desordenado" y esto era el desencadenante no solo de las largas jornadas de aseo que terminaban el 24 de diciembre a las 10 de la noche, sino también, de la cantaleta y del mal genio.
Para mi estas fechas nunca han sido muy alegres. Siempre digo que en mi casa somos unos agua fiestas pues debido a estas largas jornadas de aseo y cantaleta que no solo son y eran del 23 y 24 sino del 30 y el 31 para "que el año nuevo no lo coja igual que el año viejo", terminamos cansados, enojados y sin ganas de nada cuando todos a nuestro alrededor celebran.
Toda esta situación vino a cambiar un poco cuando yo comencé a trabajar en empresas, mi primer empleo instalando computadores vendidos mediante BRILLA de Gases de occidente me tuvo ocupado de 6 am a 10 pm tanto el 23 como el 24 de diciembre. Con mi primer pago a los 18 años me compre un radio SONY de bolsillo con el que comencé a esculcar las hondas Hertzianas que tanto me gustaban pues desde siempre he escuchado radio aficionadamente en el equipo con radio de mi casa; con este radio llego mi compañía diaria, llegaron los 40 principales, llegó Radio Acktiva, llegó olímpica con Essain Tello por las mañanas cada día, llegó mi querida Caracol y regresé a los radio sucesos de RCN con el genial Gossain. Con este radio que después cambié por otro radio SONY digital y que aun conservo y que debo cambiar pues ya le molesta un canal,volví a La luciérnaga que muchos años atrás escuchaba, conocí el pulso del fútbol mientras almorzaba en el trabajo o donde me tocara, para mi no habían tardes sin el pulso y sin La Luciérnaga.
Precisamente este ultimo programa me hizo ganar muchos debates, menciones, reconocimientos, problemas, envidias y demás cosas buenas y malas en mi paso por mi primera universidad pues como me decía mi mejor amiga "tenés un vicio de viejito" yo hablaba de temas que mis compañeros en edad y semestre por uno y otro motivo no manejaban o no les interesaba en aquel momento.
Justo ahora en la noche del 23 de diciembre, amanecer 24 de diciembre debo hacer un alto para recordar que por dos años consecutivos ademas del habitual oficio y aseo de fin de año en mi casa (aunque ha cambiado la forma de hacerse con los años mas por que he puesto mas de mi en ello que lo que hacia antes) he perdido dos veces a la misma persona, dos veces a una de las razones que me envició a la radio.
En el 2014, para un 23 de diciembre El doctor Pelaez en medio de sus llantos, de los míos y de los de millones de oyentes más se despedía de La Luciérnaga por todo lo alto, este 2015 el 23 de diciembre dejé de hacer lo que hacia por una hora al medio día, no quise almorzar, no quise moverme de mi sofá, coloqué la radio en la tv (Ironías de la tecnología) y me dedique nuevamente no solo a escuchar sino a lagrimear con la despedida de El Doctor Hernan Pelaez Restrepo, un maestro de la radio, quizá una de las leyendas vivientes del periodismo deportivo y nacional de Colombia, una persona que hasta ayer me acompaño por 8 años seguidos desde que compre mi primer radio a la hora del almuerzo y a la hora de volver a casa, ir a la universidad o salir del trabajo.
En el 2014, para un 23 de diciembre El doctor Pelaez en medio de sus llantos, de los míos y de los de millones de oyentes más se despedía de La Luciérnaga por todo lo alto, este 2015 el 23 de diciembre dejé de hacer lo que hacia por una hora al medio día, no quise almorzar, no quise moverme de mi sofá, coloqué la radio en la tv (Ironías de la tecnología) y me dedique nuevamente no solo a escuchar sino a lagrimear con la despedida de El Doctor Hernan Pelaez Restrepo, un maestro de la radio, quizá una de las leyendas vivientes del periodismo deportivo y nacional de Colombia, una persona que hasta ayer me acompaño por 8 años seguidos desde que compre mi primer radio a la hora del almuerzo y a la hora de volver a casa, ir a la universidad o salir del trabajo.
Estos últimos dos 23 de diciembre han sido aun más tristes para mi de lo que siempre han acostumbrado.