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viernes, 6 de junio de 2025

Agridulce despedida

Ayer, 5 de junio de 2025, viví una jornada profundamente agridulce. Se llevó a cabo la última Jornada de Sustentaciones de Opciones de Grado en la modalidad de investigación del Programa de Contaduría Pública de Uniminuto. En ella se presentaron los últimos estudiantes que iniciaron su camino en el semillero de investigación que tuve el privilegio de liderar.


Fue un momento de alegría, sin duda. Todos aprobaron, defendieron sus proyectos con solidez y obtuvieron excelentes resultados. Pero también fue un momento de despedida. Esta fue mi última jornada en la universidad, el cierre de un ciclo profesional que marcó mi vida. Uniminuto fue la institución que me brindó la oportunidad de convertirme en profesor universitario, y dejar ese espacio no es fácil.


La jornada estuvo además marcada por una noticia desalentadora que recibí esa misma mañana. Uno de los libros que presenté ante la universidad, ya evaluado y aprobado, fue rechazado justo antes de iniciar el proceso de publicación. Oficialmente se atribuyó a razones administrativas, pero no puedo evitar pensar que se trató de una decisión personal. El libro había pasado más de dos años en trámites internos, y al devolvérnoslo, se encontraba desactualizado frente al contexto académico actual. No fue por falta de rigor o de cumplimiento, sino por la falta de gestión oportuna. Resulta frustrante ver cómo un esfuerzo colectivo y comprometido se pierde por causas ajenas a lo académico.

Y sin embargo, mientras esto ocurría, en simultáneo se celebraban las ceremonias de grado de los nuevos egresados. En esa ceremonia, tres de los trabajos dirigidos por mí desde el semillero fueron reconocidos como laureados o meritorios. La gran mayoría de mis estudiantes se graduó. No estuve presente, pero me sentí cerca de ellos.

Me voy de la universidad con sentimientos encontrados. Hay molestia, claro, por cómo se dieron algunas cosas. Pero también hay gratitud. Mucha. Me voy sabiendo que di lo mejor de mí y que recibí experiencias que marcaron mi vida para siempre. El camino sigue, quizá en otros escenarios y con nuevos desafíos. Pero Uniminuto, con todo lo que implicó, ocupará siempre un lugar especial en mi historia.

sábado, 10 de agosto de 2024

¿Malas prácticas de gestión organizacional?

Las organizaciones modernas a veces adoptan prácticas que podrían ser reprochables. Para quienes no me conocen, soy profesor e investigador universitario. Hasta hace poco, trabajé a tiempo completo en una universidad católica.
En mi último día como empleado de tiempo completo, envié un correo electrónico en el que expresaba educadamente mi opinión sobre ciertos aspectos relacionados con la investigación, que considero no están funcionando bien en la universidad.
Esta organización parece priorizar más los criterios financieros que los procesos académicos. Tiene a profesores de alto nivel realizando tareas operativas y administrativas, en lugar de dedicarse a actividades académicas, como debería ser. En mi caso, en ese correo expresé una opinión personal al respecto, señalando que no solo me sentía explotado y mal pagado, sino también poco valorado. Lo que ocurrió a continuación es un claro ejemplo de una práctica mal enfocada: en lugar de buscarme para conocer de primera mano las razones de mi descontento, intentaron silenciarme y apartarme de la organización.
¿Es este el ejemplo que debe dar una universidad? La excusa fue que "nadie que hable mal de la empresa puede permanecer en ella". De acuerdo, lo entiendo, pero ¿no podrían detenerse a pensar que quizás ese sentimiento era compartido por otros?
Qué malas prácticas tienen muchas organizaciones modernas. Y uso este término, con el permiso de Etzioni, solo para referirme a la supuesta modernidad y evolución.