En años como este es cuando entiendo que "perder es ganar un poco" y recuerdo al gran "filósofo" Francisco Maturana.
¿Quien iba a pensar que "perder" o cambiar cosas, situaciones o personas que uno considera buenas y provechosas y que en realidad así lo son, resulta siendo de una u otra forma de mucho beneficio para ti? Pues eso mismo me ha pasado este año en muchos aspectos.
Ahora mismo recuerdo a un conocido que a mediados de junio o julio me dijo que alguien a mi alrededor me estaba estancando, frenando, frustrando de manera inconsciente en mis cosas pues esta persona tenía las alas rotas o amarradas sin que lo supiese, que el me aconsejaba que me alejara de ella aunque no quisiera pues ni ella quería hacerme daño ni yo a ella y en realidad nos queríamos; no se si es impresión mía o que ha pasado pero desde que la vida me alejó de esta persona muchas cosas que antes no fluían ahora lo hacen o han comenzado a fluir.
Este año también perdí mi estatus de graduado y comencé una nueva carrera, perdí lo que consideraba "mi tiempo libre" pero de una u otra forma me siento bien con ello, al punto, que ahora mismo estoy deseando más que nada que sea febrero para retornar a clases, conocer nuevas personas, nuevos profesores, nuevos compañeros.
También perdí mi perro, Campeón, por allá un día de junio y aunque no se que se pueda ganar de un dolor tan grande, debo rescatar que me unió más a mi otra perrita Lola y aunque el amor que siento por ellos es infinito, aún extraño a ese loco y sus o ocurrencias así Lola que esta aquí dormida en mi cama mientras escribo se sienta más feliz de tener toda la atención para ella sola. Al final creo que fue ella quien ganó con la partida de mi Campeón.
Definitivamente creó que el profe "Pacho" tenía razón cuando salió con su icónica frase de "perder es ganar un poco", aveces cuesta ver, entender o localizar lo que se ganó pero tengan por seguro que siempre es así.
Uno gana experiencias al cometer errores, al hacer las cosas bien, al perder a un amigo, un hijo, un padre, una oportunidad, al dejar ir a una persona, al cambiar lo que te gusta. De una u otra forma ganas aprecio por eso, ganas experiencia, ganas algo que no tenías o como en el caso de mi Lola, ganas satisfacción al saber que ese otro ser también descansó o ganó un poco para bien.