¿Mente Abierta?

El otro día tuve una discusión con una conocida que me acusaba de no ser de mente abierta al negarme a escuchar un regueton que ella tenia en mente, yo me negaba rotundamente a escucharlo ya que mi nivel de aceptación de ese ruido fue sobrepasado hace mucho tiempo, (Desde la época de La Quemona) al final la conclusión de esta conocida fue que no tenia mente abierta y era cerrado. ¿Acaso no puede entender que mi etapa de escuchar y tratar de soportar y entender ese genero paso hace varios años?. La mente abierta termina donde tu nivel de tolerancia empieza. Así como soporté que la gente consuma carne y otras cosas en mi presencia y llego incluso a prepararles y cocinarles carne, mi tolerancia hacia esto termina cuando me quieren obligar o persuadir a que la consuma.

Buscando en la Internet sobre el termino MENTE ABIERTA me encontré esta definición:

“Significa ser receptivo a nuevas ideas y diferentes opiniones o puntos de vista. Desde luego que esto suena razonable, aunque el problema aparece cuando hay demasiadas opiniones y damos crédito a todas.
Tener una mentalidad abierta implica estar en disposición de escuchar las propuestas de los demás, incluso si van en contra de nuestro criterio. Lo siguiente es valorar estas opiniones y decidir si las consideramos acertadas y si podemos incorporar alguna a nuestra vida.”

La cuestión es que en muchos casos como el que cuento del regueton, ya escuché las propuestas, ya valoré las opiniones y ya decidí que por ningún motivo incorporaría nada de ese genero musical (Si es que puedo llamarlo así) a mi vida.

Prefiero pasar por ser de mente cerrada (¿Así se le dice al que no tiene mente abierta?) a hacer, escuchar, ver, aceptar por voluntad propia las cosas que ya de una u otra forma he probado y definitivamente no fueron ni de mi gusto o agrado, ni de mi interés o beneficio.

Mantengo mi mente abierta para todo lo nuevo que se presente en todos los ámbitos y cerrada para todo lo que ya conozco, probé, medí, use, analice y definitivamente no le vi nada útil.

 Fuente: La Mente es Maravillosa