Aun recuerdo como si fuera ayer la primera vez que estuve en un motel. Debo decir que no fue una experiencia para nada agradable. Imagínense un chico de 12 años (era el año 2001) parado en aquella recepción, sin saber exactamente que hacer o que decir, sintiendo un olor a extremadamente limpio, ese olor a ambientador barato. El lugar es el tipico sitio que uno hoy diría que es de quinta; para ser irónico, esta ubicado sobre la carrera quinta cerca a mi casa. Me daba pena que me pudieran ver, mi acompañante estaba de lo mas relajado incluso conversaba con uno de los encargados mientras yo miraba por encima de mi hombro como si hubiera posibilidad de que me pillaran.
El lugar aun existe, es un edificio de 5 pisos, se llama el punto clave. En el primer piso siempre ha funcionado un local que alquilan para billares, sapos y bares. En el segundo siempre ha habido un mezzanine donde al momento en que yo estuve en aquel lugar funcionaba un bar llamado el Punto Clave, del cuarto piso en adelante funcionaba y aun funciona el motel El Punto Clave. El bar funcionaba de ancla y disimule para quienes iban para el motel, además, era un lugar donde mujeres de la vida fácil que aprovechaban la "privacidad" del sitio para conseguir clientes. Recuerdo el bar aun cerrado, le hacían aseo pues eran las 2 de la tarde pero aun así, el motel que debe funcionar 24 horas, tenia clientes que entraban y salían, era más intrigante y curiosa la forma en que actuaban las personas que salían que la de las personas que ingresaban. A esa hora solo bajaban parejas que quizá había entrado doce horas antes, que se yo; ahora me doy cuenta que muchas de esas parejas no parecían tal cosa, se notaba que muchos ni se conocían a fondo, si de forma de ser y de personalidades hablamos.
Así estuve como por unos 5 eternos minutos cuando me tocó entrar al motel, subí las gradas, seguía sintiendo ese olor ácido recalcitrante del ambientador barato, eran unas 20 escaleras aunque para mi se me hicieron más. A mitad de camino voltee a mirar a mi espalda y vi que una señora desde abajo estaba de pie mirándome subir las gradas y mi pena estalló. Mi acompañante me guió hasta donde debía revisar primero el computador de la recepción del hotel. No recuerdo exactamente que tenia ni que le hice pero unos 20 minutos después mi papa y yo estábamos ahora en el bar del segundo piso revisando el computador principal de el establecimiento y acomodando el sistema de luces. Eran unas tres horas después de haber llegado y aunque estaba concentrado en lo que hacia, aun me sentía incomodo y apenado de estar en este lugar.
Al salir, nos topamos en la entrada con mi mamá que iba a buscarnos pues en casa nos necesitaban, habían varios vecinos del barrio que cuando me vieron bajar de primero se quedaron mirando. No se que pensaron, la verdad hoy no me importa, en aquel momento no podía mirarlos a la cara y sali caminando de regreso a mi casa, sin detenerme. Duré unos 3 años sinvolver a un sitio de esos, después regresé a otro que queda a la vuelta de la esquina de mi casa y también fue para trabajarle a un computador.
Así estuve como por unos 5 eternos minutos cuando me tocó entrar al motel, subí las gradas, seguía sintiendo ese olor ácido recalcitrante del ambientador barato, eran unas 20 escaleras aunque para mi se me hicieron más. A mitad de camino voltee a mirar a mi espalda y vi que una señora desde abajo estaba de pie mirándome subir las gradas y mi pena estalló. Mi acompañante me guió hasta donde debía revisar primero el computador de la recepción del hotel. No recuerdo exactamente que tenia ni que le hice pero unos 20 minutos después mi papa y yo estábamos ahora en el bar del segundo piso revisando el computador principal de el establecimiento y acomodando el sistema de luces. Eran unas tres horas después de haber llegado y aunque estaba concentrado en lo que hacia, aun me sentía incomodo y apenado de estar en este lugar.
Al salir, nos topamos en la entrada con mi mamá que iba a buscarnos pues en casa nos necesitaban, habían varios vecinos del barrio que cuando me vieron bajar de primero se quedaron mirando. No se que pensaron, la verdad hoy no me importa, en aquel momento no podía mirarlos a la cara y sali caminando de regreso a mi casa, sin detenerme. Duré unos 3 años sinvolver a un sitio de esos, después regresé a otro que queda a la vuelta de la esquina de mi casa y también fue para trabajarle a un computador.
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