Desde que inicié mi labor académica, he visto cómo la contabilidad ha acompañado a la humanidad desde sus primeras civilizaciones, adaptándose a los cambios sociales, económicos y tecnológicos de cada época. Sin embargo, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) y la transformación digital han acelerado un cambio sin precedentes, que hoy redefine el papel del contador y plantea nuevos retos para su formación.
En mi artículo "La evolución de la práctica contable en la era de la inteligencia artificial: desafíos y oportunidades para la educación superior en contaduría pública", publicado en la revista Cuadernos de Administración de la Universidad del Valle y disponible en su DOI oficial, propongo una reflexión que une historia, tecnología y educación.
Recorro el origen de la contabilidad desde Mesopotamia y Egipto, paso por el método Merdiban del Imperio Otomano y la partida doble de Luca Pacioli, hasta llegar a la revolución tecnológica de la Industria 4.0. Esta perspectiva histórica permite entender que la relación entre contabilidad y tecnología no es nueva, pero hoy tiene una intensidad y alcance sin precedentes.
Analizo cómo la IA y la automatización han liberado al contador de tareas repetitivas, dándole espacio para asumir funciones estratégicas: análisis de datos, asesoría para la toma de decisiones, gestión de riesgos, sostenibilidad y auditoría de sistemas. Este cambio, lejos de ser una amenaza, es una oportunidad para reposicionar nuestra profesión como un eje clave de la creación de valor en las organizaciones.
Pero también advierto sobre un riesgo: la miopía contable. Muchas facultades en Hispanoamérica continúan formando contadores bajo un enfoque técnico tradicional, sin prepararlos para un mundo digital y globalizado. Esto genera una brecha entre lo que enseñamos y lo que el mercado realmente necesita.
En el artículo propongo actualizar los planes de estudio con competencias tecnológicas (IA, big data, blockchain), pensamiento crítico, idiomas y nociones de gestión empresarial y marketing. Solo así lograremos que el contador sea un puente entre la tecnología y los objetivos corporativos.
También insisto en la importancia de la formación continua y la colaboración con profesionales de la tecnología, para innovar, fortalecer la seguridad de la información y anticipar riesgos. En un entorno empresarial que cambia cada día, el verdadero valor del contador está en interpretar, decidir y liderar estratégicamente.
Te invito a leer el artículo completo, donde desarrollo en detalle estas ideas y propongo acciones concretas para el futuro de nuestra profesión. Está disponible en Cuadernos de Administración y en su DOI oficial.
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