Ya no se que quiero. Sobre todo para la próxima semana, aveces deseo que el domingo 14 de mayo sea uno normal, dónde como siempre pasé solo, en casa, encerrado sin hacer nada. Otra veces quiero que sea especial y diferente.
Si me pongo a calificar que quiero más creo que gana la primera opción. Ahora mismo no quiero nada. Quizá así sea lo mejor, cómo siempre ni una felicitación, nada diferente, ni que solo yo cumpliera 28, peor aún, ni que fuera la gran cosa.
Con el paso de los días me pregunto ¿todo ha valido la pena? Siempre llego a la misma respuesta: si, definitivamente ha valido la pena estar contigo, hablar contigo, ser tu compañero, que seas mi compañera de aventuras. El problema se ha presentado en los últimos días, quizá el último mes, los problemas financieros y familiares nos han afectado y quizá nuestro carácter.
Lo malo es que me estoy cansando, me estoy cansando de la grosería, me estoy cantando de tratos inmerecidos, me estoy cansando de pagar platos rotos que no sabía eran míos, pero sobre todo, me estoy cansando de tu actitud.
He decidido alejarme, darte un espacio como me lo pediste y resulta que te molestas por qué no te busco ¿que quieres?
Estoy cansado de no poder ser sincero como me pides que lo sea por qué no tenemos últimamente una comunicación en dos sentidos.
Quiero que sepas que te quiero mucho, que nada a cambiado, solo la distancia. Si me quieres, si me necesitas aquí estaré para tí, quizá no salga corriendo, pero si iré.
En tus manos está que deje de cansarme. Si me canso créeme que será definitivo.
Con amor,
Jose
Hace dos días nos vieron discutiendo y se rieron, quizá pensaron que terminamos. Quizá pensaron que el "idilio" había terminado. Lo que no saben esas personas es que discutiendo y dialogando se solucionan los problemas. Se aclaran las cosas.
Tampoco saben que nosotros nos décimos todo. Incluso que nos dimos cuenta que nos veíamos y se reían. Hoy notamos que nos miraban de forma extraña. ¿Que se le va hacer? Seguir. Y hacer reír a la gente.
