A eso de las 8 de la noche del pasado 25 de marzo de 2016, viernes santo según el calendario litúrgico católico, pasó por mi casa la procesión del santo sepulcro encabezada por unos doce monaguillos vestidos de albas blancas y sobrepelliz rojos que se repartían los símbolos, el incienso o sólo ocupaban un espacio en la formación; detrás de los monaguillos y el diácono, venía la banda músico marcial, sí, no banda de guerra como se les decía hasta hace un tiempo, la Brigada 145 Los Xionas de Cali como cada año, cambia su repertorio para participar, a petición de su fundador y director, el comandante Alveiro, en las celebraciones de Semana Santa.
Este año vestían como acostumbran el viejo y tradicional uniforme que los identifica como guías exploradores, a la cabeza iba el comandante general de los guías exploradores del Valle del Cauca y comandante y director de la banda, Alveiro Patiño, me sorprendió gratamente ver que iba dirigiendo al grupo mientras tocaba un bombardino o barítono (así le conocen en la banda), detrás de él, marchaba el resto del grupo normalmente católico que acompaña estos eventos, tocando impecablemente su repertorio de semana mayor, es tradición que la banda cambie su repertorio alegre y festivo por uno sacro y triste.
¡Como sonaban de bien!
Al verlos y escucharlos pasar, el primer pensamiento que pasó por mi mente fue la nostalgia, nostalgia por esos tiempos en que yo hacía parte de mi banda y en qué no me perdía un desfile, ensayo o lo que fuera, cuando era feliz tocando o hablando, siendo regañado, volteando, jugando y compartiendo con seres maravillosos.
Lástima que ahora el tiempo no me permita seguir activo.
Como extraño mi Brigada 145 llena de saxofones, clarinetes, trompetas, trombones, tubas, flautas, liras, percusión, bombardinos entre muchos otros instrumentos que hacen de la Brigada una de las mejores bandas musico marciales del país.
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