A mi me encanta despertar pensándote, cada mañana quiero saber cómo amaneciste. Mi sonrisa aparece cuando me saludas, es como si el sol iluminara sólo para mí gracias a tu sonrisa y tus palabras.
Poco a poco me voy acostumbrando a hablar contigo, cada instante, cada momento, al punto que ahora mismo te extraño a lo lejos. No saber de ti se ha convertido en una tortura, tu sonrisa y tu voz en un bálsamo. ¿Que me has hecho? No se... Pero sigue haciéndolo. Me gustas, Ami, me gustas, eso lo tengo claro; quisiera tener el poder de manejar el tiempo para detenerlo cuando estamos juntos y hacer crecer las flores más bellas a tu lado.
Ahora mismo suspiro mientras escribo con la esperanza de que al leerlo, sientas que te hablo al oído.
¿Que me has hecho?... ¡Sigue haciéndolo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario